viernes, 16 de julio de 2010

El mundo de las articulaciones biónicas está cambiando. Si hasta ahora la filosofía que se seguía en el diseño de estos apéndices artificiales era la mayor imitación al original, ahora se empieza a ahondar en aprovechar la carencia para dotarlos de nuevas funciones añadidas. Este brazo, por ejemplo, permite incluso más movilidad que uno de carne y hueso, con dos articulaciones. La idea de su creador era combinar la funcionalidad con la estética, creando una prótesis atractiva e incluso sexy.

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